miércoles, 14 de septiembre de 2011

Aquellos maravillosos años

Ayer, con todo este trasiego de la vuelta al cole, pude observar a una niña, muy aplicada y con la emoción que dan los inicios, hacer sus deberes.

Qué grande era aquel tiempo en que mis problemas se reducían a unas cuantas cuentas en una hoja cuadriculada, con el reducido espacio limitado entre un enunciado y otro.

Qué grande era aquel tiempo en que en mi estuche nunca faltaba una goma de borrar con la que poder eliminar el rastro de mis errores.

Qué grande era aquel tiempo en que empezaban a obligarme a usar "boli" y toda mi responsabilidad era confundirme lo mínimo posible, para no tener que usar el engorroso típex o dejar de recuerdo aquel disimulado y artístico borrón.

Pero entonces siempre quería crecer, ser mayor. Soñaba adelantada a mi tiempo por años, a veces por décadas. Pensaba cómo sería mi vida entonces, cuando fuese una "vieja" de 30. Para entonces me hacía casada, en el trabajo de mi vida y un par de churumbeles, cada uno con su nombre bien pensado, que ahora no recuerdo.

Hoy escribo esto desde los 35. Para aquella niña soñadora que algún día fui, seré más que "vieja". Y no cumplo ninguno de sus sueños. Ya no puedo obviar un problema cerrando un cuaderno, ni puedo pasar aquella goma de "nata" que olía tan bien por encima de los errores cometidos y mis responsabilidades van algo más allá que evitar un tachón a "boli".

Ya no vivo su sueño y, de hecho, apenas sueño con el futuro. Ya no me adelanto años en el tiempo, a veces no sé lo que haré dentro de unos días.

Ya no vivo su sueño, ni el de nadie, tan sólo vivo mi vida, que no es poco, y aunque a veces resulta duro y difícil, es maravilloso.

Muchas gracias a esa niña de uniforme que vi ayer y me transportó a mis particulares "aquellos maravillosos años", fue un viaje entrañable que duró un par de minutos ... pero de ida y vuelta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario