lunes, 11 de abril de 2011

Cuidadores

Hoy quiero dedicar esta entrada a la figura del cuidador. Esas personas que dedican su vida al cuidado de madres, padres, hijos, cónyuges y familiares, en general, enfermos, de cualquier tipo de dolencia que les hace dependientes y, por tanto, vulnerables.

Esas personas que cada minuto se sorprenden de una fortaleza física y emocional que hasta ahora desconocían, que ponen a disposición de su familiar sus 24 horas del día. Que cuidan, que miman, que asean, que acompañan, que orientan y, también, en ocasiones, soportan y aguantan.

Esas personas olvidadas de ayudas e instituciones, que con una mísera cuantía económica y cuatro menciones al año en algún tipo de medio, calman sus conciencias y creen que ayudan de alguna manera al cuidador.

Pero la labor del cuidador no se paga con dinero. La vida que dedican a sus familiares no tiene precio y ya no vuelve nunca a sus manos. Les dan, a veces y dependiendo de la dolencia y comunidad autónoma, formación para cuidar, algo que por instinto saben hacer a la perfección. Pero nadie les enseña a levantarse de las innumerables "caídas" que sufren, a soportar el dolor físico y emocional que esa dedicación les supone, a poder sonreir cuando su tarea se hace cada vez más dura, a intentar vivir su vida aunque sea una hora al día para que cuando su familiar falte no se encuentren tan vacíos.

Reconozco que yo tampoco me acordaba de ellos. Bueno, quizás sí me he acordado en ocasiones, cuando he querido ser voluntaria en alguna organización que tratan con enfermos. Pero hasta que no te toca de cerca, no eres consciente de la gran labor que realizan, enfrentándose a enfermedades de muy diversa índole, a veces desconocidas, desbordantes, duras o sin cura, que afectan a seres que quieren.

Por todo esto y mucho más, gracias a todos ellos, por cuidarnos y enseñarnos cómo hacerlo. Por darnos la mayor lección de amor, en cualquiera de sus formas. Por hacernos ver, sin querer ni darse cuenta, de lo fuertes que podemos llegar a ser. Mucho ánimo a todos ellos, para seguir adelante, para afrontar las dificultades, para levantarse aun sin fuerzas, para esquivar la culpa que la toma de algunas decisiones pueden causarles.

En definitiva, mucha fuerza para seguir adelante con la loable labor que desempeñáis dentro de las cuatro paredes de vuestra casa. Esas que si alguna vez hablaran, dejarían mudos a todas esas instituciones, asistentes sociales y demás personal, supuestamente cualificado, que en ocasiones creen que pueden ayudaros y orientaros, olvidando que cada persona es un mundo y, sobretodo eso, que hablamos de personas, no de muñecos, ni de números.

GRACIAS

1 comentario:

  1. Gracias a ti,cielo. Con gente como tu sensibilidad, las personas que son cuidadas están muy bien. Yo he formado cuidadores que iban a ser profesionales, y aunque es importante proporcionar algunos conocimientos, es mucho mas importante ese carácter humano y esa sensibilidad para trabajar con personas, pero no solo ya que estén enfermas, sino en general... para trabajar con personas. Un beso y ánimo...

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